Mientras México sigue sacándose los mocos, Donald Trump convirtió el Foro Económico Mundial de Davos 2025 en su propio reality show virtua...
Mientras México sigue sacándose los mocos, Donald Trump convirtió el Foro Económico Mundial de Davos 2025 en su propio reality show virtual sin siquiera estar allí. ¿Quién necesita el jet privado cuando puedes ser el centro de atención desde tu sala dorada en Mar-a-Lago?
Como el showman experimentado que es, Trump desplegó su habitual repertorio de promesas económicas que suenan como ofertas de telemarketing a medianoche: "¡Vengan a Estados Unidos! ¡Tenemos los impuestos más bajos! ¡Pero si no vienen, prepárense para pagar aranceles que harían sonrojar a un usurero!"
La ironía es deliciosa: el mismo hombre que en 2020 proclamaba el T-MEC como "el acuerdo comercial más grandioso en la historia de la humanidad" (cita textual del 29 de enero de 2020), ahora amenaza con hacerlo pedacitos como un niño malcriado con su juguete nuevo. ¿Coherencia? ¡Ja! Eso es para los débiles y los que todavía creen en la lógica.
Pero es necesario, aunque doloroso, reconocerle algo: cuando bajó el impuesto corporativo de 39% a 21%, siguió el exitoso ejemplo de Irlanda, que redujo el suyo de 40% a 12.5% entre 1996 y 2003, transformándose de la Cenicienta a la princesa del baile económico europeo. Pero Trump, no contento con copiar las buenas ideas, ahora propone bajar los impuestos corporativos a 15%. Para cualquier empresario con medio dedo de frente será más sensato pagar 15% en la Unión Americana que 25% en Francia o 30% en México.
Evidentemente podemos entretenernos en las ocurrencias del agente naranja cuando pregona a los cuatro vientos que Estados Unidos ha sido "víctima" de abusos comerciales mientras su economía ha crecido más que México, Canadá, Europa y Japón en las últimas décadas. Es como quejarse de estar pasando hambre mientras te comes un banquete.
Trump ha perfeccionado el arte de ser López Obrador con peluquín dorado: solo respeta las leyes y tratados que le convienen, y ha aprendido que la coherencia intelectual es tan necesaria para ganar votos como lo son para una reina de la Feria Nacional de San Marcos legítima (chiste local). En el mundo del populismo moderno, parece que la única estrategia necesaria es gritar más fuerte que los demás y amenazar como un villano de telenovela.
¿El resultado? Un espectáculo político donde la realidad económica se mezcla con la fantasía electoral en un cóctel tan tóxico como entretenido. Davos 2025 se conviertió en un episodio más de "The Apprentice: Presidential Edition".
Y a todo esto, ¿cómo podría México enfrentar a un Trump?
No tiene pierde: construyendo una economía robusta.
¿Y qué hace México?
Todo lo contrario.
¿Qué le parece si nos metemos a un ejercicio de masoquismo financiero para repasar nuestro brillante portafolio de "inversiones estratégicas":
Mexicana de Aviación: La aerolínea zombie que resucitó para demostrar que algunas cosas deberían permanecer muertas. Con pérdidas que ya superan los 1,500 millones de pesos en apenas unos meses de operación (según datos de la SHCP), es el equivalente aeronáutico de quemar dinero a 30,000 pies de altura.
Dos Bocas, la refinería que refina lengua y carnaza, pero no petróleo. Con un presupuesto inicial de 8,900 millones de dólares que se multiplicó mágicamente a más de 20,000 millones (cifras oficiales de PEMEX), es como construir una fábrica de máquinas de escribir en plena era de iPhone 15. Y lo mejor: todavía no refina ni una gota de petróleo a capacidad completa.
Y no olvidemos la joya de la corona: el Tren Maya, ese proyecto turístico que decidió que la selva maya era un obstáculo menor en el camino al progreso. Con un costo que se disparó de 120,000 a más de 500,000 millones de pesos (según datos de la ASF), es como construir un parque de diversiones en medio del desierto... y de hecho Méxco sí lo hizo, desmadrando el proyecto del Aeropuerto de Texcoco y convirtiéndolo en un parque al que es imposible llegar.
Mientras Trump amenaza con aranceles y medidas proteccionistas, nosotros respondemos con autosabotaje económico. Nos preparamos para un combate de box comiendo tacos y viendo telenovelas.
Estos "proyectos prioritarios" están drenando recursos que podrían destinarse a fortalecer nuestra competitividad: educación, infraestructura digital, innovación tecnológica. Pero no... compramos boletos de lotería con el dinero de la renta.
Si esto fuera un reality show se llamaría "¿Quién quiere ser un país del primer mundo?", en el que México sería eliminado en el primer episodio por responder "inversión estratégica" a la pregunta "¿Qué significa tirar dinero al inodoro?
El 2025 mexicano se perfila como el año en que mientras la economía global se convierte en un meme, México se vuelve cada vez más rápido mitad tragedia, mitad comedia, y totalmente absurdo.