Ver a la presidenta Claudia Sheinbaum firmar el decreto para "regresar" Pemex a la propiedad de la nación fue como tirar dinero ...
Ver a la presidenta Claudia Sheinbaum firmar el decreto para "regresar" Pemex a la propiedad de la nación fue como tirar dinero a la basura.
Fue un acto realmente vergonzoso, pues Sheinbaum devolvió al pueblo una deuda impagable, una pérdida económica descomunal.
¿Acaso ya se olvidaron de que Pemex pierde? Mis queridos chairos, solovinos, cuatroteros y pinacates... permítanme ir al punto: Pemex perdió, solo entre enero y septiembre de este año, 430,100 millones de pesos. Ahora con letras: ¡CUATROCIENTOS TREINTA MIL CIEN MILLONES DE PESOS!
Solo en el segundo trimestre de este año, la pérdida fue de 251,300 millones de pesos. En resumen, cada mexicano es ahora 3,300 pesos más pobre gracias a la firma del decreto de Sheinbaum.
Tal vez usted piense que el negocio del petróleo es muy complicado y que otras petroleras también perdieron.
Pues no, las otras petroleras ganaron en el mismo período de enero a septiembre:
- - Shell ganó 6,300 millones de dólares.
- - Exxon Mobil ganó 9,200 millones de dólares.
- - British Petroleum ganó 2,800 millones de dólares.
- - Total, la petrolera francesa, ganó 4,700 millones de dólares.
- - Equinor, de Noruega, ganó 7,480 millones de dólares.
- - Ecopetrol, de Colombia, ganó 800 millones de dólares.
Podríamos seguir mencionando más y más ejemplos. Todo el mundo gana, menos Pemex.
Petróleos Mexicanos es de las pocas petroleras del mundo que pierde dinero de forma irremediable. Y entre esas pocas, Pemex es la que más pierde.
Pero ¡bravo! Según la lógica de los solovinos, cuatroteros y pinacates, “Pemex volvió a ser de todos los mexicanos”.
Pero, ¿realmente es de los mexicanos?, ¿en qué momento le dieron a usted un certificado que diga que tiene acciones en Petróleos Mexicanos? A ver usted, cuatrotero, ¿lo dejan entrar a la Torre Pemex porque es "suya"? Inténtelo. Más aún, ¿usted toma decisiones sobre Pemex?.
Y no quiero preocuparlo, pero el agrónomo que provocó estas horrorosas pérdidas ya no está en Pemex; ahora está en el Infonavit. El mismo inepto que perdió 430 mil millones de pesos en Pemex solo este año está ahora encargado de la institución que administra el dinero que le descuentan a usted cada mes para que algún día pueda comprar su casa.
¿Qué podría salir mal?
Asuma las pérdidas, relájese y disfrute lo votado. ¿Cuál es el problema?
Pensemos en una analogía sencilla. Supongamos que tiene usted una tienda de abarrotes, y decide ver cómo le va durante un año. Al final, revisa y se da cuenta de que la tienda registró una pérdida de cien mil pesos. ¿Qué haría? ¿Continuaría con la tienda o la cerraría?
Esta lógica básica nos ayuda a ver el sinsentido y la irresponsabilidad de que Pemex siga como está, perdiendo dinero sin parar, y ahora resulta que, porque "es de todos los mexicanos", debemos asumir las enormes pérdidas que se han provocado sin nuestro consentimiento. ¿En qué momento se nos pidió opinión sobre cómo administrar Pemex? ¿Cuándo se implementó una mejora regulatoria o económica para que Pemex deje de perder tanto? Nadie, absolutamente nadie, opina, salvo la 4T. La Cuarta Transformación asume todas las decisiones que han llevado a la petrolera de México a convertirse en un barril sin fondo, donde todos estamos poniendo dinero, y ahora, con la firma de este decreto, nos dicen que nos emocionemos ante las pérdidas y disfrutemos lo votado.
Entiendo la satisfacción de los solovinos, chairos, cuatroteros y pinacates al creer que tomaron la decisión correcta al poner a un grupo de ineptos en la administración pública, y siempre surge allí la comparación inmediata con los corruptos del pasado con la lógica de “¿qué tan mal podría irnos?”.
Pues bien, nos irá peor, porque no hay peor corrupción que asumir una posición en el gobierno sin tener la capacidad para administrarlo.
Y ahí están los resultados de don Octavio, el agrónomo convertido en petrolero, que nos ha dejado una pérdida descomunal y, como premio, ahora administra la vivienda de los mexicanos. A medida que estas cosas sigan ocurriendo, podremos darnos cuenta de que no solo fue un error, sino una catástrofe la que está pasando sobre nosotros.
Pero ya puedo ver a los chairos celebrando: “¡Viva México!”, “¡Viva el Plan C!”, “¡Arriba Sheinbaum!”...