Cuarenta y tres días de gobierno y ya es evidente que Claudia Sheinbaum está cautiva. Está atrapada, secuestrada, aún ahora, por Andrés Ma...
Cuarenta y tres días de gobierno y ya es evidente que Claudia Sheinbaum está cautiva. Está atrapada, secuestrada, aún ahora, por Andrés Manuel López Obrador, “Ya Saben Quién”, como bien se le conoce en los círculos de la 4T. La reelección de Rosario Piedra Ibarra prueba que, en efecto, Claudia Sheinbaum no gobierna realmente. Quizás administra ciertas áreas del gobierno, pero la verdad es que el mando sigue en manos de López Obrador. Así de simple y claro.
Desde el principio se sabía que Rosario Piedra Ibarra era, es, y sería la ficha seleccionada para encabezar la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Desplazó, pese a ser impresentable, a Nashielli Ramírez Hernández, favorita de Sheinbaum, con quien había trabajado estrechamente en la administración de la Ciudad de México. También dejó atrás a la maestra en Derecho Constitucional Paulina Hernández Díaz, de la Unidad para la Igualdad de la Universidad de Guadalajara.
Tengo aquí una lista de los logros cuestionables de Rosario Piedra Ibarra al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos:
- - Modificó las normas internas a espaldas del Consejo Consultivo.
- - Ignoró a las madres buscadoras de desaparecidos.
- - Hizo caso omiso de los niños con cáncer.
- - Guardó silencio cuando el gobierno se negó a vacunar a tiempo al personal médico en la pandemia.
- - Apoyó el cierre de las estancias infantiles y las escuelas de tiempo completo.
- - Defendió la candidatura de Félix Salgado Macedonio, acusado de violación y acoso, para la gubernatura de Guerrero.
- - Respaldó la designación en la embajada de México en Panamá.
- - Avaló la militarización de la seguridad pública, aunque no tenía facultades para ello.
- - Emitió una recomendación contra el INE por eventos ocurridos entre 1951 y 1965, antes de que el INE existiera.
- - Impulsó la reapertura del caso Colosio con fines electorales.
- - Ignoró la desaparición de organismos como el Coneval y el Instituto Nacional de Transparencia.
- - Desatendió el grave incidente en el que murieron 40 migrantes quemados vivos en una estación migratoria.
Además de perder Claudia Sheinbaum un espacio donde podía imponer su autoridad como presidenta, perdió una oportunidad valiosa para limpiar la imagen del país en materia de derechos humanos, un tema crítico para la renegociación del Tratado de Libre Comercio. Sin embargo, parece que Sheinbaum tuvo que permitir la continuidad de Rosario Piedra para enfrentar otra situación: la presión de Estados Unidos, especialmente ante el retorno de Donald Trump, quien ha retomado políticas que afectan los derechos humanos de migrantes. Esto, sin duda, traerá atropellos a los derechos humanos en México cuando estas personas sean devueltas al país.
Una CNDH que realmente denunciara ante instancias internacionales el comportamiento xenófobo de Estados Unidos sería problemática para la 4T, y por eso terminó optando por Rosario Piedra, para asegurarse de que nada ocurra.
Además conviene a la 4T en dos frentes: desde el extranjero y también a nivel interno, ya que los cambios en los organismos autónomos y el Poder Judicial requerirán de alguien que cuide sus espaldas. Para esto, la 4T necesita una CNDH que no defienda derechos humanos, sino que proteja sus intereses, tarea en la que Rosario Piedra ha demostrado ser eficaz. Es un perro de pelea al servicio de las “cochinadas” de la 4T, y en eso ha sido más que eficiente.
Con todos estos antecedentes, Rosario Piedra personifica a Morena, la Cuarta Transformación, y la segunda etapa de esta transformación: lealtad sin cerebro.
Y tristemente, a esa 4T Claudia Sheinbaum no está invitada. Aquí es donde salta el problema, porque Sheinbaum es la figura que no tiene voz, la que no puede ejercer, la que por más que intente, es bloqueada en cada intento. Es una figura simbólica manipulada por López Obrador y su séquito, encabezado por Ricardo Monreal y Adán Augusto. Ellos saben que pueden manejarla sin contratiempos, tal como lo dicta López Obrador desde Chiapas.
Nos quedaremos con las ganas de ver un gobierno de izquierda verdadero, porque aunque Sheinbaum viene de la izquierda, López Obrador es un remanente del PRI. Nos quedaremos con la duda de lo que pudo haber sido si Claudia hubiera sido realmente presidenta. Pero no. Así lo digo sin afán de ser agresivo: Claudia Sheinbaum es solo una mojiganga manipulada por Andrés Manuel López Obrador y el grupo de oportunistas que lo rodean.
