Lo que le faltaba a México: una crisis constitucional después de un golpe de Estado. Coincido con los morenistas, tienen razón cuando dic...
Lo que le faltaba a México: una crisis constitucional después de un golpe de Estado.
Coincido con los morenistas, tienen razón cuando dicen que hubo un golpe de Estado, ¡pero perpetrado por ellos!.
El golpe de estado comenzó con el secuestro del Instituto Nacional Electoral. Con todo y sus medidas legales e ilegales, la Consejería del INE cayó, con ardides y elucubraciones, en manos de Morena.
Siguió el Tribunal Electoral, con la trampa urdida y reconocida abierta y descaradamente por el propio López Obrador al negarse a nombrar a los dos ministros que faltaban "para no provocar que llegaran ministros conservadores". Esos tres fueron los que dieron el golpe en contra del magistrado Reyes Mondragón para entregarle la presidencia del Tribunal Electoral a una incondicional de Morena, que es Mónica Soto Fragoso.
Así fue fácil secuestrar la Cámara de Diputados convirtiendo mágicamente el 54% en un 74% en la Cámara de Diputados.
En el Senado la cosa fue más sencilla, pues sólo bastó que el morenismo escarbara en la cloaca para sacar las heces más apestosas en forma de los Yunes para sacar adelante la votación, añadiendo el secuestro de un hombre de la tercera edad para torcerle la mano a otro senador de Movimiento Ciudadano.
Y pasó tranquilamente la reforma judicial con todos los vicios y todos los errores de redacción que usted quiera. Y ya se publicó en el Diario Oficial de la Federación, violando flagrantemente la división de poderes al tratar de convertir al Judicial en un apéndice del Ejecutivo.
Esto obliga a la Suprema Corte de Justicia a revisar los múltiples comentarios y señalamientos que se han puesto en la interpretación constitucional de esto, aunque esté ya publicado en el diario Oficial de la Federación. Digan lo que digan los solovinos, ladren lo que ladren los cuatroteros, lo que espeten y escupan los chairos, no importa. En este momento la Suprema Corte de Justicia no está supeditada a lo que viene en el cuerpo de la reforma judicial. Es su obligación revisar las modificaciones constitucionales incluso para avalarlas, porque puede suceder eso si estas no incumplen con preceptos que están por encima de cualquier otra cosa: los derechos humanos y los derechos civiles.
¿Qué pasaría si la SCJN encuentra que la modificación constitucional del Poder sí viola los preceptos de acceso y equilibrio a los ciudadanos para obtener una justicia expedita?. Exigiría recomponer el proceso y entonces sucedrá que Morena, comenzando con la presidenta, desconocerá a la SCJN: una preciosa crisis constitucional.
La simple mención hace que los que los mexicanos, pero particularmente los mercados, tiemblen del puro espanto.
Y es que hay algo que no previó el golpe de Estado que aplicó Morena: el tiempo entre la publicación y la implementación.
Ocho meses es mucho tiempo para que sucedan muchas cosas.
Porque la modificación constitucional del Poder Judicial viola el derecho fundamental de justicia imparcial para los gobernados. Los tratados internacionales que ha firmado México instruyen que nuestro país sea de leyes y que cuente con un sistema judicial independiente.
El morenismo siempre tendrá sus orangutanes dispuestos a hacer el ridículo cuantas veces se lo instruyan, como es el caso de doña 'curva de aprendizaje', Lenia Batres Guadarrama, que sin recato fue una de las primeras en ladrar 'golpe de estado', una bravata estúpida.
Pero viéndolo sin apasionamientos, Batres Guadarrama tiene razón: es un golpe de Estado, pero perpetrado por el morenismo, una crisis constitucional cortesía del partido Morena.