Los diputados, los senadores, y la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, podrían ser destituidos si no acatan la resolución de la...
Los diputados, los senadores, y la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, podrían ser destituidos si no acatan la resolución de la Corte. Así de claro, sin rodeos. Y no lo dice cualquiera.
Es fundamental que en este embrollo constitucional nos guiemos por quienes realmente conocen el tema, porque ¡carajo!, de pronto salen todos estos "expertos" constitucionalistas -empezando por mí-. Ahora resulta que Claudia Sheinbaum ahora es constitucionalista, que Fernández Noroña también… ya cualquiera se dice experto en derecho constitucional. Es una tradición arraigada entre nosotros los mexicanos: cuando hay Mundial, todos nos convertimos en entrenadores; cuando hay Super Bowl, somos mariscales de campo; con la Serie Mundial resulta que todos aman a los Dodgers... (¡maldita sea con los yanquis!)
Quien advirtió que Claudia Sheinbaum podría ser destituida es el ministro en retiro José Ramón Cossío. Esto a raíz del mismo asunto del que hablamos ayer: el desacato. Si los tres poderes de gobierno –diputados, senadores y la Presidenta– no acatan lo que dicte el proyecto del ministro Luis González Alcántara Carrancá, que busca invalidar parcialmente la reforma al Poder Judicial, entonces podrían ser destituidos.
En una entrevista en Radio Fórmula, Cossío explicó que, en caso de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación vote a favor de invalidar la reforma y la Presidenta decida no acatar la invalidación, entonces los ministros podrían destituirla y someterla a proceso junto con otros funcionarios que desacaten la sentencia. Esto se sustenta en la Constitución, en la fracción XVI del artículo 107, además del artículo 105, que prevé la posibilidad de destitución y proceso para Claudia Sheinbaum, los senadores de Morena y los diputados federales.
Sí, tanto el Ejecutivo como el Legislativo están en riesgo.
José Ramón Cossío explicó también que la destitución de Claudia Sheinbaum no pasaría por votación en el Congreso, porque la Suprema Corte de Justicia considera que este tipo de decisiones no necesitan la aprobación de la Cámara ni de la Fiscalía General de la República, ya que es el único caso en el que se rompe el llamado "monopolio del ejercicio de la acción penal," permitiendo a los ministros consignar directamente a los jueces de distrito a quienes se considere en rebeldía por incumplir una sentencia.
Es lo que dicta la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Su aplicación ya es otra historia.
Si se llegara a dar, ¡Dios nos ampare!
Según Cossío, si los ministros de la Corte decidieran destituir a Sheinbaum, los diputados y senadores podrían abrir un juicio político contra los ministros que voten a favor de esta destitución.
José Ramón Cossío mencionó, en la misma entrevista, que estamos viendo una escalada de confrontación entre los poderes: una pugna a ver quién puede más y quién logra imponer su voluntad. El hecho de que los ocho ministros opuestos a la reforma judicial hayan presentado su renuncia al Senado obedece a este tipo de tensiones. Incluso, Fernández Noroña –otro "experto," como yo– interpretó erróneamente que eso les quita sus haberes automáticamente, lo cual es absurdo porque la ley no es retroactiva. Sin embargo, Cossío advirtió que esta dinámica peligrosa intensifica el lenguaje belicoso, como si cada bando intentara ganar a toda costa.
Por lo pronto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha anunciado que el próximo martes 5 de noviembre se discutirá el proyecto de sentencia del ministro Juan Luis Alcántara Carrancá. Le aseguro que probablemente pasará, ya que los ocho ministros superan a los tres que respaldan a la 4T, así que no habrá problema.
Sin embargo, llegar a una destitución de Claudia Sheinbaum y de los legisladores de Morena en el Senado y en el Congreso es un asunto muchísimo más denso. Recordemos que la propuesta de Juan Luis González Alcántara Carrancá busca invalidar sólo la elección de jueces por voto popular y los "jueces sin rostro", además de anular la elección popular de jueces de distrito y magistrados de circuito, mientras que los demás cargos seguirían bajo elección popular. El ministro argumenta que los elementos que propone anular "no generan las condiciones mínimas de seguridad jurídica que requiere un sistema democrático".
Ante esta feria de desacatos y de "me importa un rábano lo que diga la ley," parece que vamos directos al caos.
¿Es esta la invitación de la 4T? Si en el "segundo piso" de la "Cuatra Transformación" pasa por que valgan madre las leyes, pues entonces quizá también podamos ignorar olímpicamente lo que diga la Presidenta.
Ella, con su terrible y pésimo ejemplo, parece indicar que desacatar el Estado de Derecho no tiene consecuencias...
¿O sí?
