Es ridículo, incluso cómico, que la Fiscalía de Nueva York haya solicitado la pena de muerte para el narcotraficante mexicano Ismael '...
Es ridículo, incluso cómico, que la Fiscalía de Nueva York haya solicitado la pena de muerte para el narcotraficante mexicano Ismael 'El Mayo' Zambada. El absurdo radica, por supuesto, en el hecho de que, de entrada, ¿cómo es posible que las autoridades estadounidenses siquiera consideren acabar con uno de los activos más valiosos en términos de información sobre el narcotráfico mexicano de los últimos 50 años mediante una inyección letal, dejando de lado toda la información que posee este hombre?
¡Por supuesto que no! Esto generó risas entre los expertos, ya que lo único que logró la Fiscalía de Nueva York fue atraer la atención mediática, presentarse como los "superhéroes" de la justicia estadounidense y, de alguna manera, justificar un poco el enojo del público norteamericano contra México.
Porque si algo molesta a los estadounidenses, es el relato impulsado por sus propias autoridades, donde se culpa a México de la invasión del fentanilo. Entonces, esta propuesta de la pena de muerte para El Mayo Zambada no es más que una manera de alimentar el resentimiento que algunos sectores, como los "rednecks" estadounidenses, sienten hacia México.
Esto no es más que una vendetta. Los "rednecks" son el equivalente a los "chairos" en México. Es simplemente un intento de justificar los odios de ciertos estadounidenses contra los mexicanos. Y si, en un sentido estricto, le aplicaran la inyección letal a El Mayo Zambada, ¿qué pasaría? Nada bueno, nada bueno.
Sería, en definitiva, mitificar a una figura oprobiosa. Sería otorgarle una salida “digna”, por así decirlo, a uno de los peores narcotraficantes que ha tenido México. Imagínense, El Mayo ya está de salida, está gravemente enfermo y él mismo ha dicho que ya no quiere continuar. Este hombre necesita atención médica. En este momento, ni siquiera manda en su casa, por decirlo así. Asesinarlo lo convertiría en un mártir, y eso es lo último que querrían las autoridades judiciales de Estados Unidos: glorificar a un narcotraficante en decadencia.
Eso por un lado. Por otro lado, enviarían un mensaje equivocado. Hay que decirlo claro: los peores narcotraficantes han llegado a ese nivel por su total desprecio por la vida, incluida la suya propia. El propio Mayo Zambada le dijo una vez al periodista Julio Scherer que prefería morir antes que estar en prisión.
Imaginen la salida "digna" que le daría una condena de este tipo, que, insisto, es utópica. Lo último que querrían las autoridades estadounidenses es deshacerse de un activo informativo tan valioso como El Mayo, quien operó impunemente en el narcotráfico mexicano durante más de 30 años.
Imaginen lo que sabe. Imaginen lo que está dispuesto a revelar. Ayer mismo hablábamos sobre cómo la propia Fiscalía General de la República le dio la razón a El Mayo Zambada en relación con la muerte del ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, desmintiendo la versión de la Fiscalía de Sinaloa.
Esto convierte a El Mayo en un ente informativo sumamente valioso, no solo para Estados Unidos, sino también para la Fiscalía General de la República. Y eso, por supuesto, pone en una situación delicada al gobernador de Sinaloa, quien, a pesar del respaldo de López Obrador y Claudia Sheinbaum, podría verse obligado a solicitar licencia por lo insostenible de su situación.
La propuesta de la Fiscalía de Nueva York de solicitar la pena de muerte para El Mayo Zambada no solo es ridícula, sino también inútil. Es un pésimo mensaje para el resto de los narcotraficantes, quienes podrían optar por mantenerse en silencio o preferir morir antes que colaborar con la justicia. Si la postura de la Fiscalía es pedir la pena de muerte, cualquier narcotraficante diría: "Mátame, si esa es tu oferta para que hable".
En resumen, esta solicitud es improcedente. Si llegara a suceder, el juez Cogan probablemente le dirá a la Fiscalía: "Deje de lado esta propuesta absurda y mejor justifique sus acusaciones para avanzar lo más rápido posible con el juicio sin comprometer la salud del narcotraficante para que pueda obtener algún beneficio a cambio de la valiosa información que posee".
Después de más de 30 años operando impunemente en México, El Mayo Zambada no solo representa lo peor del narcotráfico, sino también una fuente invaluable de información para entender las relaciones entre el crimen organizado y el gobierno mexicano, incluidos gobernadores, diputados, senadores e incluso expresidentes. Es imposible entender a un narcotraficante tan longevo y activo sin la protección del Estado.
Y es precisamente esta información lo que ninguna autoridad estadounidense estaría dispuesta a renunciar. Es más, quienes más desearían que El Mayo Zambada recibiera la inyección letal serían los morenistas. Porque, por supuesto, una vez que El Mayo comience a hablar, ¿quién creen que será el primero en verse implicado?. Pues YSQ...