Poco se ha entendido este fenómeno provocado por Televisa en la segunda edición de La Casa de los Famosos y que, en lo particular, me obli...
Poco se ha entendido este fenómeno provocado por Televisa en la segunda edición de La Casa de los Famosos y que, en lo particular, me obligó a hacer cosas que en mi vida hubiera imaginado: comprar una suscripción de VIX, verlo -aunque sólo duré cinco minutos, la verdad-, y documentarme sobre este fenómeno mediático.
Queramos o no, en plena época en la que decíamos que las redes sociales son las que dominan en México, Televisa nos vino a dar una lección, sobre todo a los que nos dedicamos a este tema de la comunicación.
Resulta inusitado y peculiar que haya sido por presión de los anunciantes que uno de los integrantes de la Casa de los Famosos haya salido prácticamente expulsado por sus posiciones encontradas con otros integrantes del reality show. Rexona, Holanda y Unilever hicieron público su retiro como patrocinadores para no compartir la posición del integrante problemático, el ahora sí famoso Adrián Marcelo.
Ciertamente representa un problema que deje de circular dinero para la producción del programa, pero en el conjunto de lo logrado es lo de menos.
Algo parecido sucedió con ESPN y Barstool Sports cuando unieron esfuerzos para producir contenido orientado a los conocidos como los ‘rednecks’, el equivalente (disculpará usted la obligada referencia sin ánimo peyorativo) a los ‘nacos’ en México. El experimento sólo duró diez días, y el entonces CEO de ESPN, John Skipper, dijo que se había equivocado porque obviamente los valores con los que se conducen los rednecks no tienen nada que ver con lo que mediáticamente es un código de parámetros éticos o socialmente aceptados.
Adrián Marcelo, quien representa la misoginia que todavía prevalece en México, tiene una opinión muy sesgada, pero coincide con la opinión de muchas personas en México, particularmente hombres, una muy buena parte del público mexicano al que va dirigido justamente este reality show.
Me queda bastante claro que esta es la primera y última en la que los anunciantes determinen el resultado de un concurso o de un reality show, porque la naturaleza humana es canija. Así somos los humanos.
Lo que está metido allí en ese reality show es un grupo de personas que no representan lo más granado, sino lo más heterogéneo de la sociedad mexicana, y la sociedad mexicana por supuesto que tiene sus traumas, tiene sus problemas, tiene sus posturas y tiene sus trincheras que por muy cuestionables que sean, no saldrán de ellas.
Meter en una cacerola a personas con serios problemas, como todos los tenemos, es obviamente una invitación al escándalo, es una invitación al problema, es una invitación a una inevitable confrontación, y la producción de esta televisora lo sabía perfectamente. De hecho a eso estaba jugando nada más que en esta ocasión en una emisión en vivo se le salió de control. Por supuesto que no contaban con que las empresas fueran a dar un paso más allá en en lo que respecta a la financiación, pero al final del día los más felices en este tema son precisamente los directivos de Televisa.
Porque en este momento, cuando ya mucha gente incluso había pronosticado la muerte de Televisa por la caída en ratings y la mudanza de mucha gente hacia los sistemas de distribución digitales, la televisora del Ajusco nos acaba de dar una bofetada a todos los que creíamos se estaba yendo al caño.
Hoy está otra vez en boca de todos.
Los números de audiencia que acaban de presumir son de auténtico terror.
Indudablemente Televisa ya no tiene el poder político que alguna vez tuvo, menos influencia social y muchísimo menos educativa y ética, pero sí tiene un inmenso poder de entretener a los mexicanos. Entiende muy bien a su audiencia y les da lo que quieren ver.
La distracción que ofrece es muy poderosa, al grado de que el tema de conversación en la calle no es el sainete de la Reforma Judicial, sino el escándalo y el oprobio generados por esta emisión televisiva tradicional.
TV Azteca se come las uñas buscando la forma de quitarle raiting a Televisa. Y lo logrará creando algo que también genere morbo, controversia, tensiones éticas, y eso tendrá como consecuencia mostrarnos a más gente más enferma metida en espacios más pequeños.
Eso es lo que la gente está pidiendo. Y por supuesto que las empresas lo van a dar.
Televisa está mostrando el camino, y los que andábamos criticando abiertamente a Televisa por hacer este tipo de cosas, pues en realidad somos unos babosos.
La Casa de los Famosos es famosa gracias a los babosos que estamos afuera criticando La Casa de los Famosos.