El argumento favorito de los chairos, los solovinos y los cuatroteros ya no tiene solidez, ni puede ser ya siquiera un elemento para hacer...
El argumento favorito de los chairos, los solovinos y los cuatroteros ya no tiene solidez, ni puede ser ya siquiera un elemento para hacer una comparativa con gobiernos anteriores. El Fobaproa, ese monstruo de la laguna verde que emerge en cualquier conversación en materia de crecimiento económico, ya dejó de ser una referencia.
Para hacer una comparativa medianamente justa, es necesario tener como marco conceptual dos referentes: el crecimiento económico de Estados Unidos y el de nuestro país en el período entre los años 2000 al 2018, es decir, tres sexenios anteriores al que termina.
El crecimiento económico de EUA en esos años fue en promedio superior al de México en 2.1 puntos porcentuales, y su promedio de crecimiento coincide con los sexenios del Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
López Obrador solamente consiguió un crecimiento del Producto Interno Bruto del 1%.
La pérdida está por encima de los dos puntos porcentuales, lo cual acumula un poco más del 6.7 puntos porcentuales si lo comparamos con el promedio de los tres últimos sexenios.
Si la tendencia que no ocurrió la medimos en pesos, el Producto Interno Bruto hubiera tenido un valor superior al que tenemos ahora de dos billones trescientos mil millones de pesos.
El Fobaproa con el que tanto joden y maman los solovinos y los chairos tiene un costo en este momento de 1 billón de pesos.
Y nada más estoy hablando del Producto Interno Bruto, que obviamente supera en al doble el costo del Fobaproa, porque si a este costo le añadimos la deuda que adquirió López Obrador, que supera los 7 billones de pesos, ya estaríamos hablando de un costo ahora sí que descomunal. Con cálculos muy conservadores podemos decir que no es el doble, sino que incluso es diez veces más.
Pero una cosa es el PIB y otra muy distinta la deuda.
Así que si su solovino de confianza se le acerca a gorrearle el café y a decirle “es que el Fobaproa”, o si alguien sale en cualquier conversación de café hablando “es que el Fobaproa”, pues entonces con toda la confianza usted le puede decir que Andrés Manuel López Obrador nos costó nada más en pérdida de crecimiento económico 2.3 billones de pesos.
A veces me pregunto ¿de veras queremos a nuestros hijos y a nuestros nietos? ¿De veras ese “amor” patriotero que decimos tener por México lo estamos reflejando en nuestras acciones como ciudadanos?, ¿votando por mentecatos y por ineptos que no supieron hacer del gobierno un proceso de crecimiento económico?.
Digo, es nada más pregunta.