La Fiscalía General de la República confirmó que las pruebas que ofreció la Fiscalía de Sinaloa sobre el homicidio de Héctor Cuén, ex rector de la UAS eran falsas, fueron un montaje, y le da la razón a lo que expuso el ‘Mayo’ Zambada en la carta que hizo llegar a través de sus abogados, entre otras cosas, en la que si bien decía que había sido secuestrado en vez de haberse entregado, explicaba en la misma carta el mecanismo de muerte de Héctor, que al final del día resultó completamente cierto.
Esto pone en un predicamento sumamente grave al narco gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, pues termina confirmando que muchas de las cosas que vienen en la carta de el ‘Mayo’ Zambada son ciertas, entre ellas el hecho gravísimo de que efectivamente el narcotraficante iba a verse no solamente con Héctor, sino también con Rubén Rocha Moya, el gobernador de Sinaloa, para dirimir diferencias.
Sin querer, la FGR confirma que efectivamente existe una simbiosis, existen procedimientos entre narcos y políticos, que efectivamente sucede tal como lo vemos en las series de los narcos: políticos y criminales reuniéndose tranquilamente para arreglar sus asuntos.
¿Y cómo reacciona López Obrador? Pues arrastrando a Claudia Sheinbaum a una segunda visita a Sinaloa para apapachar al narcogobernador Rocha Moya, el mismo que manipuló la información sobre el asesinato de un involucrado en la aprehensión de el 'mayo’ Zambada.
Hágame usted el maldito favor.
Si con esto usted todavía es de los que creen que el gobierno de López Obrador no está metido hasta el tuétano en el narco, pues definitivamente es momento de que reconsidere regresar al kinder, porque allí podrá disfrutar de cuentos de hadas sin ponerlos en tela de juicio.
El involucramiento directo del narco en el ejercicio del gobierno es más que claro. Son ya una simbiosis, un auténtico matrimonio.
Y así se va a seguir comportando la administraciuón que viene: haciendo negocios con el narco, transando con el crimen organizado, poniéndose de acuerdo con la mafia. Eso es lo que vamos a ver en los próximos seis, quizá 12 años en nuestra República Mexicana.
Las revelaciones que se vayan dando poquito a poco ahora sucederán, lamentablemente, en territorio estadounidense, cuando empiece el juicio en contra del ‘Mayo’ Zambada, y qué lamentable, qué ironía, qué pena, qué maldita vergüenza que ese sea el mecanismo para que los mexicanos conozcamos más a fondo el narcogobierno que estamos padeciendo.
Por cierto, el mismo juez que le sacó casi toda la sopa al Chapo es el mismo que va a ver el tema del ‘Mayo’ Zambada, el juez Cogan.
Vamos a necesitar kilos de palomitas.