Hace tiempo que no escribía sobre lo más reciente que me ha pasado... encuentro cada vez más detestable hablar sobre mí. Me hace sentir sumamente infantil.
Pero en fin, logré salir indemne de mi faceta de productor radiofónico. Es casi imposible hacer ese trabajo compatible con la labor de niñero, asesor psicológico y punching bag. Mi salud mental está antes que todo y primero que nada.
Puesto que sabía que no habria de durar mucho tiempo tolerando a un mocoso cincuentón, comencé a construir un estudio de televisión en el Club de Golf Pulgas Pandas, donde encontré la mentoría, el apoyo y la paciencia de un verdadero caballero, don Guillermo Olguín Lozano. Nuestra aventura televisiva ya ajusta dos años y vamos poco a poco consolidando el lugar como un espacio sin ataduras.
Por supuesto que voy haciendo compatible esta faceta con la maravillosa labor de ser abuelo de Luciana.
Vienen proyectos muy interesantes. Un dilecto amigo, Héctor Sánchez Rodríguez, y un servidor, estamos por lanzar un nuevo producto informativo.
No voy a spoilear lo que viene.